DÍA 23: VENECIA

Anoche me dormí enseguida, estaba reventadísimo, el viaje en tren Munich-Venecia fue eterno, apenas pegué un ojo. Esta mañana he despertado con la discusión de una pareja de españoles....
He desayunado a lo grande, he cogido mi vaporetto, un transporte que hoy he disfrutado a lo grande, y desde la plaza de San Marco, he hecho transbordo en otro barco que me ha llevado a Murano, una isla preciosa, con casitas de colores y donde el medio de vida es el cristal, allí se puede comprar cualquier objeto que sea de cristal, pero lo que me he gustado ha sido pasear por sus calles y sus puentes, es una Venecia en miniatura, más limpia, con menos gente y a mi gusto, mas bohemia.

Murano


Luego he vuelto a Venecia, en las que han sido mis últimas horas como "interrailero", he vuelto a pasear, pasear y pasear, que es lo mejor que se puede hacer en Venecia, siempre hay algún rincón por descubrir, algún detalle que observar, alguna estampa con la que sorprenderte.
He vuelto a disfrutar del mercado de Rialto, donde he comida pizza, he vuelto paladear la Plaza de San Marco, a detenerme delante del Puente del Suspiro, y mirar hacia arriba y ver que el Campanile nunca llegaba a su fin.
Reconozco que ayer, posiblemente causa del viajecito en tren, no desfruté de esta ciudad que hoy si, me ha encantado, lástima que en la fecha en la que la he visitado, esté repleta de turistas, turistas de los que parecen robots, detrás de una guía que repite cada día lo mismo...

Campanile

Mercado de Rialto

Vista de Venecia
Son las 6 de la tarde, decido volver al hostel a recoger mi mochila, y ahora sí, esto llega a su fin...cojo un vaporetto que me lleva a la Plaza Roma, donde me espera el bus que me lleva a un camping cercano al aeropuerto en el cual  mañana temprano vuelo de vuelta.
En ese bus converso con una chica australiana que esta recorriendo Europa ella sola, es una valiente, me cuenta que ha visitado España, ha estado en los San Fermines, y que ahora va hacia Praga.
En el camping me alojo en un bungalow que no está mal, pero abundan los mosquitos, y yo soy su víctima preferida...
Como en el restaurante del hotel, pizza otra vez, jeje, y ahora si me duermo, mañana vuelvo a España...

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